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Todos los 20 de mayo se realiza en Uruguay la Marcha del Silencio, en memoria de los desaparecidos y las desaparecidas de la última dictadura cívico militar. Fútbol, memoria y represión. Escribe Juan Stanisci.

Calvas margaritas,
docenas de cabezas porfiadas
Calvas margaritas calvas,
me quiere mucho, poco, me quiere nada
Calvas margaritas,
sé que conocen bien nuestra suerte
Calvas margaritas calvas,
tercas en soplarme que voy a perderte
Calvas Margaritas – Gabo Ferro

Villa Española volvió a disputar un partido por la máxima categoría del fútbol uruguayo luego de cinco años. Horas antes del encuentro publicaron en sus redes sociales una foto del Estadio Obdulio Varela en óptimas condiciones para el partido contra Progreso. De fondo, en el alambrado, acompañadas de una margarita a medio deshojar, se leían dos palabras: Nunca Más.

La margarita es el símbolo de la Marcha del Silencio, la manifestación que se realiza cada 20 de mayo para recordar a las víctimas de la última dictadura en Uruguay (1973-1985). Por eso, además del tradicional Cultura de Barrio, la camiseta de Villa Española tenía estampada una margarita en el medio del pecho. En la primera fecha del campeonato demostraron que no llegaron hasta ahí para dejar sus convicciones en la puerta de la primera división. El tweet que acompañaba la foto de la cancha decía: “Y más allá del fútbol, en mayo hay otras cosas para decir, bien fuerte y claro: #NuncaMás”.

“Tus colores sangre y oro, te juro que los adoro”, cantaba Canario Luna. Para el regreso a primera división, el Villa no utilizó su tradicional camiseta amarilla y roja. Sobre un fondo rojo llevaron estampadas las fotografías de desaparecidos y desaparecidas en la última dictadura uruguaya. Los números de los jugadores estaban atravesados por las palabras “¡Verdad, memoria y justicia! No olvidamos”. La cinta que portó su capitán, Santiago “Bigote” López, llevó escrito “presente”. Villa Española vuelve a la máxima categoría a ocupar un rol importante dentro del fútbol uruguayo: recordar que el fútbol también puede ser un vehículo para la memoria. “A nosotros nos puede llegar a ir muy mal en lo deportivo, pero si cumplimos con ciertos objetivos que tenemos que son sociales, que son vinculares, que son de infraestructura, que son de relacionamiento con el barrio y establecer vínculos con distintas entidades como la Universidad de la República, nosotros vamos a estar logrando tener el club que queremos. Y estamos seguros que ese es el camino que elegimos y que nos va a llevar a lograr cosas deportivas que nos permitan seguir adelante con estos proyectos”, cuenta desde Uruguay Agustín Lucas, Coordinador Deportivo de Villa Española. 

Hasta ahora el único club de Primera División que se ha manifestado sobre la Marcha del Silencio, además del Villa, fue Plaza Colonia. Lo hizo compartiendo en sus redes sociales una entrevista en La Diaria a Álvaro Fernández, el ex volante de Gimnasia y Esgrima La Plata que actualmente juega en Plaza Colonia. “Es un tema que a mí me llega, me involucra. Muchas veces se dice que el jugador no se compromete, pero yo tengo la esperanza de que cada año se sumen más jugadores, que haya más pronunciamientos, porque es bueno que los más chicos, que a veces no tienen idea de lo que significa el 20 de Mayo o la Marcha del Silencio, al ver que los más grandes se pronuncian sobre esos temas también empiecen a hacer preguntas”, opinó Álvaro Fernández en la entrevista.

“En los otros equipos yo creo que hay bastante empatía, aunque no se manifieste. Creo que en los jugadores hay más. También creo que hay un problema histórico de información que no tiene que ver con el fútbol uruguayo, sino con Uruguay en sí. Porque de la dictadura no se habla ni siquiera en el Liceo (Escuela Secundaria en Argentina), no se dice que hubo desparecidos, no se dice que hubo torturas, no se dice que se llevaron a la gente de la casa y en algunos casos no la devolvieron más. Entonces en el fútbol uruguayo lo que nosotros hacemos es informar a los jugadores, que los jugadores conozcan a familiares de detenidos desaparecidos. Que se empapen de la realidad y que la realidad les explote en el medio de la cara”, explica Agustín Lucas.

 La postura de Villa Española hizo ruido en las redes sociales y también dentro del campo de juego. Muchos usuarios se quejaron de que el club mezclara fútbol y política, se ve que no están prestando mucha atención a lo que sucede en Colombia con la Copa América o lo que sucedió con los partidos de la Libertadores de la semana pasada. El árbitro del partido contra Progreso, Fernando Falce, “informó en el formulario sobre las camisetas del equipo local y una bandera que estaba colgada en el tejido y decía «Nunca más». Será resorte de la comisión disciplinaria analizar si cabe sanción al ‘Villa’”, contó el periodista uruguayo Sebastián Giovanelli en Twitter. Al parecer, a los dirigentes en Uruguay, no les gusta que la pelota sea utilizada para fines sociales. En cambio no hay problema si se utiliza para obtener vacunas para la CONMEBOL de manera gratuita, mientras en el continente la mayoría de los países tiene problemas para conseguirlas.

“Es muy bueno que todos estemos involucrados con esta causa, porque es algo humano, que no tiene nada que ver con política partidaria, sino que es algo que le pasó a la sociedad”, dijo Álvaro Fernández en la entrevista con La Diaria. “Lamentablemente todavía hay que reafirmar que esto no es una cuestión de partidos políticos, sino que es una cuestión de derechos humanos. Porque hay gente que ignora o que utiliza eso como arma de doble filo”, cuenta Agustín Lucas.

Otro club que tomó posición a favor de la memoria, la verdad y la justicia, fue Racing de Montevideo. El equipo que actualmente se encuentra en la Segunda División uruguaya, publicó una serie de fotografías donde futbolistas, dirigentes, utileros e hinchas posaron con imágenes de detenidos desaparecidos y detenidas desparecidas.

Si bien no hay un posicionamiento institucional desde la mayoría de los clubes, sí existe desde los y las hinchas. En 2018 surgió una iniciativa llamada “Hagamosle un gol a la impunidad, fuera Zuluaga de nuestra Selección”. Miguel Zuluaga se desempeñó como subcomisario y oficial principal de operaciones de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia durante la dictadura Cívico Militar en Uruguay. Su juzgamiento no prosperó. Desde el año 2000 trabajaba como jefe de seguridad de la selección uruguaya. Con el apoyo de organizaciones de Derechos Humanos, “Hagamosle un gol a la impunidad”, emitió una carta a la Asociación Uruguaya de Fútbol y a Óscar Washington Tabárez. Zuluaga fue despedido dos meses antes del Mundial de Rusia 2018.

A partir de la iniciativa de “Un gol contra la impunidad”, emergió “Hinchas con memoria”, una agrupación de hinchas del Club Atlético Peñarol que busca expulsar del padrón societario a Manuel Cordero y José Gavazzo. Ambos están condenados por delitos de lesa humanidad en el marco del Plan Cóndor y son socios vitalicios de Peñarol. Con el apoyo de más de ciencuenta organizaciones sociales y de Derechos Humanos y cuarenta agrupaciones de Peñarol, juntaron firmas para poder expulsar del club a los dos represores. A finales de abril enviaron una carta formal al club, pero aún no han recibido respuesta.

Ezequiel Mechoso tiene 21 años y juega de volante. En 2018 se incorporó a las divisiones inferiores de Peñarol y el pasado 21 de marzo debutó en primera división. Es nieto de Alberto Mechoso, militante sindical y político del Partido por la Victoria del Pueblo. El 26 de septiembre de 1976 fue detenido en Buenos Aires y trasladado ilegalmente a Automotores Orletti. Una nota de Alvaro Levin en la versión uruguaya de Sudestada transcribe un texto de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente: “El día 27 de septiembre de 1976 la familia de Mechoso es llevada a Aeroparque y trasladada ilegalmente a Montevideo. El Represor Nino Gavazzo del SID, forzó al grupo a simular que era el esposo y el padre de los dos niños. Al llegar a Montevideo, las familias de Adalberto Soba y de Alberto Mechoso son trasladadas por hombres y coches sin identificación a centro clandestino de detención y tortura. Las esposas y los cinco hijos de ambos matrimonios, son llevados al centro clandestino de detención y tortura conocido como Casona de Punta Gorda”. Uno de los niños que viajaba junto a Gavazzo haciéndose pasar por Alberto Mechoso, era el padre de Ezequiel Mechoso.

Nunca más, se gritará hoy en la Marcha del Silencio por las calles uruguayas. De poco importa que un árbitro informe que esas dos palabras estén colgadas en el alambrado de Villas Española, en el Estadio Obdulio Varela. Cancha ubicada en las calles Doña Soledad entre Crece desde el pie y Stefanie. Todas canciones de Alfredo Zitarrosa, quien tuvo que exiliarse por ser perseguido por la dictadura uruguaya. Quisieron silenciar al cantor y a su pueblo. Pero Zitarrosa sigue cantando: “Allá en mi pago hay un pueblo/ que se llama no-me-olvides; / quien lo conozca que cuide / su recuerdo como gema, / porque hay olvidos que queman / y hay memorias que engrandecen,/ cosas que no lo parecen, / como el témpano flotante,/ por debajo son gigantes / sumergidos, que estremecen.”