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Por Mariano Rodolfo Martín, Instituto Generosa Frattasi

De los mayores latrocinios que produjo la década del 90´durante el Plan de Convertibilidad de Menem-Cavallo. Privatización del Sistema Previsional durante el menemismo, el más formidable negociado sin invertir un peso y con hiperganancias de miles de millones de dólares.

¡El déficit fiscal que produjo la ausencia de esos fondos al Estado, fue subsanado pidiendo préstamos a las AFJP a tasas de interés altísimas!

Sin mayor inversión, inicialmente apenas locales alquilados de propaganda y los promotores que «captaban» trabajadores para el nuevo experimento social recibían una paga por comisiones. Aunque el sistema privado era opcional, una avalancha de propagandas invadía todos los espacios públicos incluyendo ámbitos de trabajo con promotores dentro de las empresas con sus stands de «captación». Para permanecer en el sistema de reparto estatal debía realizarse un trámite especifico, con escasa publicidad obviamente. Y el trabajador que «elegía» su AFJP no podía retornar al sistema de reparto estatal.

Las AFJP percibía una comisión, descontada del aporte de los trabajadores, y administraba el capital que por miles de millones de dólares=pesos se iban acumulando de los aportes de los Trabajadores. Aparte, el pago previsional en el nuevo sistema correspondía parcialmente a las AFJP. El Estado debía complementar dichos aportes. Para agravar el déficit público, desde 1993, una serie de fuertes rebajas de los aportes patronales mermaron aún más al sistema de seguridad social estatal.

Entre 1993 y 2000, dichas cargas se redujeron cerca del 50%, pasando del 33% sobre los salarios nominales al 17,8%, tendencia que se vio agudizada con la sanción de Ley 25.250 de Reforma Laboral en mayo de 2000, la que preveía para el caso de los nuevos puestos de trabajo una reducción adicional, según las características del trabajador, de entre 33% y 50%.

El 30% del aporte de los trabajadores no era destinado a sus cuentas «de capitalización», sino al pago de las comisiones de las AFJP. En algunas AFJP las comisiones llegaron a ser hasta el 50% del aporte, una estafa y despojo sistemático a millones de trabajadores.Las AFJP se apropiaron de unos 12.000 millones de dólares en comisiones, mientras otros 35.000 millones se repartieron en concepto de utilidades de empresas beneficiadas con las rebajas de aportes patronales en sus 14 años de existencia. Lo cual representa casi la mitad del fondo existente a la fecha expresado en dólares, u$s 27 mil millones.

Cuando se hicieron los estudios estaba claro que iba a haber un desfinanciamiento del Estado. Uno de los ejes del estallido de la deuda fue no haber previsto recursos.

O sea, el Estado «regaló» a las AFJP la administración de fondos de aportes de los trabajadores por cifras de miles de millones de dólares anuales, el agujero fiscal que produjo esta ausencia de ingresos llevó al propio gobierno/Estado a solicitar préstamos a las AFJP, con tasas de interés altísimas, mediante la colocación de bonos.

Eso alimentó el proceso recesivo, ya que el sector privado, cuando iba a buscar plata al sector financiero, se encontraba con que tenía que pagar tasas muy altas porque a los bancos les convenía prestarle al Estado.¡Recordemos que los dueños de las AFJP eran los Bancos!

El colapso del régimen de Convertibilidad en el 2001 afectó al sistema previsional en su conjunto: mientras los jubilados del régimen de reparto sufrieron un recorte del 13% en sus haberes a mediados del 2001. Los afiliados de las AFJP padecieron la reducción en sus fondos. En este contexto, el capital total de las AFJP, en bonos públicos eran un 78% en 2001 que se depreciaron. El gobierno nacional anunció que las AFJP recibirían el mismo tratamiento que otros tenedores de bonos nacionales o internacionales en el proceso de reestructuración de la deuda pública, y pesificación por igual.

En cuanto a la supuesta competencia que se iba a producir entre las AFJP, de las 26 compañías que comenzaron a operar en 1994, en 2008 quedaban solo 10, con una tendencia a la concentración del mercado.

La presidente Cristina Fernández de Kirchner junto a Amado Boudou, el entonces titular de ANSES el 21 de octubre de 2008 anuncian que enviaba un proyecto al Congreso para poner fin al sistema de AFJP y organizar un nuevo sistema de reparto estatal de jubilaciones y pensiones. Tras su aprobación en Diputados, el proyecto pasó al Senado, donde se sometió a votación el 19 de noviembre, siendo sancionado por una amplia mayoría de 46 votos afirmativos, 18 negativos y una abstención. ​

Con esta sanción por parte de Senado, el proyecto se convertía entonces en la Ley 26.425, que estatizaba el sistema previsional y ponía fin a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).